lunes, 10 de septiembre de 2018

Siempre el Castor






Siempre el Castor, es el título que se me ha ocurrido para esta entrada, a pesar de que estoy seguro de que no será la última vez que escriba sobre este asunto.
Arriba encontrarán, por orden de aparición en escena, las otras ocasiones que hemos tratado este acuático asunto. En alguna de esas entradas hemos hablado de los gastos que se derivarían del mantenimiento de las dichosas instalaciones. Pues bien, los versos de Neruda que también hemos citado, ya no son de mucha utilidad: ya los astros no titilan a lo lejos, ahora hemos de aguzar la mirada, y solo el conocimiento que tenemos de esta parte del Mediterráneo nos permite encontrar ese perfil de la plataforma del Castor en la noche veraniega. Sí, señores, para aminorar la cuenta de mantenimiento se ha decidido rebajar la potencia lumínica instalada. Al menos esa es mi conclusión, aunque hay amigos que me señalan que sigue igual, y que lo que ha mermado es mi capacidad visual.
Y, solo por aportar un dato más, les contaré quien firmó la DIA (Declaración de Impacto Ambiental) que permitió seguir adelante en este proyecto que ya ven ustedes en qué ha concluido. La actual Ministra de Energía, Medio Ambiente y Cambio Climático, Teresa Rivera era a la sazón Secretaria General del Cambio Climático, cuando el anterior gobierno socialista de Zapatero abordó el proyecto del Castor, y en esa tesitura le tocó firmar dicho papelito. Hemos de entender que esa firma es una de tantas que le ponen en la carpeta cada semana a una persona en su puesto, proyectos que vienen de la escala funcionarial, con los vistos buenos reglamentarios, visados por el propio gabinete y con todas las garantías habidas y por haber.
Teresa Rivera es una persona de reconocido prestigio internacional en asuntos de medio ambiente y cambio climático, prestigio que no creo que se vaya a ver mermado por aquella firma que entiendo tenía un cariz meramente administrativo y venía de un ministerio que ni siquiera era el suyo. La decisión política de acometer dicho proyecto, calificado de estratégico, pero enfrentado a movimientos ecologistas, está sometida a un proceso civil que algún día verá la luz y al que ella es ajena. No se preocupen, tampoco habrá culpables que nos ayuden a los ciudadanos de a pie a pagar la factura.
Para esto nos valemos y sobramos solos. Como siempre.


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