No he encontrado nada tan sugerente como este artículo de Isaac Rosa, novelista y columnista en varios periódicos independientes, al que hoy he encontrado en El Mundo, como señalo a pie de página.
'NADA'
Por Isaac Rosa, novelista y columnista
En la España de 2018, tras 40 años de
Constitución, no queda nada del franquismo. Nada. Absolutamente nada. Ni
rastro. Todo lo que habitualmente identificamos como "herencia del franquismo"
ya es responsabilidad de la democracia, que ha tenido más de 40 años para
ponerle remedio. El Valle de los
Caídos no es un resto del franquismo sino una desidia
de la democracia. La tumba del dictador con sus misas diarias no es herencia
del franquismo sino consentimiento de la democracia. Las fosas comunes no son
una lacra del franquismo sino una vergüenza de la democracia. La impunidad condecorada de Billy el Niño y
otros represores no es una imposición franquista sino una concesión
democrática. Las cloacas policiales no apestan
a franquismo sino a una democracia que no ha sabido o no ha querido
desactivarlas. Que sigamos a la cola de Europa en indicadores sociales y
educativos no es culpa del atraso de la dictadura sino de los sucesivos
gobiernos democráticos que no lo han convertido en prioridad. La corrupción no
es un legado del franquismo sino una marca de esta democracia. Los fallos
sistémicos de los últimos años (incluido el problema territorial) no son
resultado de una Transición hecha bajo presión y con ruido de sables, sino de
los gobiernos que no han emprendido las reformas necesarias. Podría enumerar
unos cuantos aspectos más que ensombrecen la España actual y que solemos
señalar como "restos del franquismo", y no lo son, hace mucho que dejaron
de serlo. Son auténticamente democráticos.
Diario El Mundo, 20 de noviembre de
2018.
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