Entrada escrita a petición de un amigo que quería saber qué diablos eran las socimis. Ya me dirás, Juanjo, si te he aclarado algo el concepto.
En
el principio era el verbo. Seguro que recuerdan esta sentencia del
Génesis. Siempre es de aplicación porque nos sitúa en la creación,
en el principio, cuando la economía española estaba anegada por la
crisis de la burbuja inmobiliaria. Había urbanizaciones enteras y
bloques de oficinas, y estaban vacíos. Y no había dinero que
quisiera invertir en esos páramos, dinero de fuera, de los paraísos
fiscales, español o extranjero, qué más da, el dinero no tiene
patria, y era conveniente que volviera para fertilizar la tierra.
Había que ofrecerle a ese dinero unas ventajas que rompieran esa
inacción. Y eso se hizo entre 2009 y 2013, se crearon las Socimis y
el dinero, al principio un tanto remiso, empezó a venir. Desde Wall
Street y la City, también de fondos soberanos, Catar, Noruega o
Singapur.
Las
Socimis son la última adaptación
de
la legislación mercantil española con el objetivo de favorecer la
inversión en ese sector inmobiliario castigado por la burbuja.
Cuando se dice favorecer hay que entender que se suprimen tasas e
impuestos que los demás mortales
pagan cuando compran un inmueble del tipo que sea, como el Impuesto
de Actos Jurídicos Documentados, impuestos municipales y plusvalías.
Pero
además, tampoco pagan Impuesto de Sociedades por los beneficios que
repartan, con la doble
condición
de que se
reparta el 80% del beneficio y los
accionistas paguen el
10% de
impuestos.
Vamos que las ventajas son más que evidentes, casi igual que para
los españolitos que han sufrido la crisis inmobiliaria.
Son
sociedades cotizadas en bolsa, cuya actividad sea la adquisición de
activos urbanos dedicados al alquiler. Su éxito ha sido
impresionante y actualmente hay ya 72 registradas a finales de
marzo, algunas con valores en bolsa de más de 5.000 millones de
euros, y España es el segundo país tras Japón en el número de
ellas.
Por
ejemplo, el fondo buitre Blackstone controla, a través de sus cinco
socimis, una cifra en el entorno de las 35.000 viviendas,
convirtiéndose así en el mayor casero de España, y prevé que los
alquileres suban este año, incluso por encima del 10%. Esas
propiedades las ha ido adquiriendo de las carteras inmobiliarias del
Banco Santander, el BBVA y la Caixa, fundamentalmente.
No
le gusta que se le conozca como fondo buitre, pues afirma que su
vocación de permanencia en el mercado inmobiliario español es a
largo plazo, lo cual es consecuente con su estimación de subida de
los alquileres; si éstos bajaran, Dios no lo quiera, su voluntad de
permanencia flaquearía. Ademas de pisos, está muy introducido en
edificios de oficinas, garajes o centros comerciales, con un valor
conjunto de más de 10.000 millones de euros.
En
resumen, bien podemos decir que estos vehículos de inversión, como
se les llama ahora, han animado el mercado inmobiliario; hay
opiniones que se decantan por estimar que se está alcanzando otra
burbuja inmobiliaria, aunque también hay otras que lo niegan. Cuando
estalló la anterior burbuja, Hacienda, que somos todos, dejó de
cobrar ingentes sumas ante la quiebra de promotores y constructores;
con esa experiencia duele menos quitarles las tasas e impuestos,
incluido el de Sociedades; qué más da no cobrar porque se les
exonere de pagar o porque no puedan pagarte lo que te deben: el
resultado es el mismo. Quizás alguno de los accionistas el día de
mañana, como Amancio Ortega, nos haga una donación. Les quedaremos
eternamente agradecidos. Porque claro, si no cobramos impuestos, ¿de
dónde vamos a sacar el dinero para financiar cualquier gasto social
que precisemos?
De
todos modos, está bien que los poderosos compren propiedades en
España, dicen que es dinero que entra, sea español o foráneo, y
para eso cuántas más facilidades y ventajas se otorguen muchísimo
mejor. Ellos ganan lo que no ganan en ningún sitio, y si eso implica
subidas en el alquiler (pues a eso vienen, a ganar un poco más), no
pasa nada, estamos acostumbrados a pagar, es nuestro sino.
Se
cumplen varios axiomas: que ganen los fondos, que los españoles
paguen, y que el dinero detente la propiedad cumpliendo su razón de
ser; y, si se creara una nueva burbuja, otra vez los fondos con los
dividendos que han obtenido y repatriado a sus países ganarían al
comprar a precio de ganga y vuelta a empezar: El círculo perfecto.
Ya
se sabe que la economía son ciclos, y a ellos siempre les toca la
fase alcista.
Con
este texto terminado he leído que las socimis se distinguen también
por el bajo nivel de empleo que necesitan para funcionar. La
ingeniería financiera procura un alto grado de productividad, de
hecho hay muchas que no tienen personal en absoluto, lo cual es
conveniente para que haya más beneficios. Anímense señores, España
está de saldo!
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