Doy inicio con este título una
serie de citas numeradas cuya catadura es clara de entender. Pueden referirse a
catástrofes, abusos particulares o nacionales o internacionales; asuntos
cercanos o lejanos; de esta nuestra tierra o de fuera de ella; en fin,
cualquier cosa que me llame la atención o me preocupe. No sé si me aburriré
pronto o la serie durará un año, siempre que atraiga su atención, claro está.
Hoy vamos a hablar de Gaza. O
mejor, denunciar lo que ocurre en Gaza. Y empezaremos con una pregunta:
¿Alguien dentro del género humano está de acuerdo con lo que el nazismo al
frente de la nación alemana hizo con los judíos alemanes y no alemanes? ¿Hay
alguien, alemán o de cualquier otro lugar de este mundo, que no se ha
preguntado cómo pudo ser posible que aquella política antijudía se aplicara en
uno de los países – cuando no el que más – más representativos de la cultura
humana? Seguramente la mayoría de ustedes ha tenido la ocasión de ver en una
película sobre aquellos momentos, como unos soldados u oficiales escuchaban los
compases de obras de Mahler, Wagner o de cualquier otro gran compositor alemán,
mientras ordenaban o ejecutaban in situ, los más atroces interrogatorios hasta
la muerte a individuos, hombres, mujeres, niños o ancianos, cuya culpabilidad
era la de ser judíos.
Dentro de las decenas de
millones de muertos ocasionados por la Segunda Guerra Mundial, en la que como
en todas las guerras, la mayor parte se la llevan los civiles y dentro de
estos, las mujeres y los niños, seguramente las matanzas de judíos se llevan la
palma, mencionándose la cifra de 6 millones de muertos. Quiero suponer que los
bombardeos americanos con la bomba atómica sobre las ciudades de Hiroshima y
Nagasaki se llevarán la segunda posición.
Son dos ejemplos de entre
muchos que hacen destacar la capacidad humana de cometer las mayores
barbaridades contra individuos de su propia especie. Hace unos meses unos
científicos nos han hecho saber que una especie de peces grandes es capaz de comerse
miles y miles de peces más pequeños en una operación de caza bien llevada a
cabo. Todo esto en el Atlántico Norte. Dicho de otra manera, se ha demostrado
el viejo dicho, el pez grande se come al chico. La diferencia entre la
humanidad y todas las restantes formas de vida, es que nosotros los hombres (y
mujeres también) no nos comemos en actos preparados a nuestros congéneres, sino
que los torturamos, seccionamos sus miembros y luego, a veces, los dejamos para
que sufran más hasta su muerte, gozando en todos y cada uno de los pasos. Cosa
que no hacen los grandes peces.
Hoy, casualmente, se publica
que Israel ha asesinado a más de 60.000 palestinos en Gaza desde el comienzo de
su ofensiva en octubre de 2023.
(Seguirá)
No hay comentarios:
Publicar un comentario