domingo, 3 de agosto de 2025

Peor imposible

 




Doy inicio con este título una serie de citas numeradas cuya catadura es clara de entender. Pueden referirse a catástrofes, abusos particulares o nacionales o internacionales; asuntos cercanos o lejanos; de esta nuestra tierra o de fuera de ella; en fin, cualquier cosa que me llame la atención o me preocupe. No sé si me aburriré pronto o la serie durará un año, siempre que atraiga su atención, claro está.

 

Hoy vamos a hablar de Gaza. O mejor, denunciar lo que ocurre en Gaza. Y empezaremos con una pregunta: ¿Alguien dentro del género humano está de acuerdo con lo que el nazismo al frente de la nación alemana hizo con los judíos alemanes y no alemanes? ¿Hay alguien, alemán o de cualquier otro lugar de este mundo, que no se ha preguntado cómo pudo ser posible que aquella política antijudía se aplicara en uno de los países – cuando no el que más – más representativos de la cultura humana? Seguramente la mayoría de ustedes ha tenido la ocasión de ver en una película sobre aquellos momentos, como unos soldados u oficiales escuchaban los compases de obras de Mahler, Wagner o de cualquier otro gran compositor alemán, mientras ordenaban o ejecutaban in situ, los más atroces interrogatorios hasta la muerte a individuos, hombres, mujeres, niños o ancianos, cuya culpabilidad era la de ser judíos.

 

Dentro de las decenas de millones de muertos ocasionados por la Segunda Guerra Mundial, en la que como en todas las guerras, la mayor parte se la llevan los civiles y dentro de estos, las mujeres y los niños, seguramente las matanzas de judíos se llevan la palma, mencionándose la cifra de 6 millones de muertos. Quiero suponer que los bombardeos americanos con la bomba atómica sobre las ciudades de Hiroshima y Nagasaki se llevarán la segunda posición.

 

Son dos ejemplos de entre muchos que hacen destacar la capacidad humana de cometer las mayores barbaridades contra individuos de su propia especie. Hace unos meses unos científicos nos han hecho saber que una especie de peces grandes es capaz de comerse miles y miles de peces más pequeños en una operación de caza bien llevada a cabo. Todo esto en el Atlántico Norte. Dicho de otra manera, se ha demostrado el viejo dicho, el pez grande se come al chico. La diferencia entre la humanidad y todas las restantes formas de vida, es que nosotros los hombres (y mujeres también) no nos comemos en actos preparados a nuestros congéneres, sino que los torturamos, seccionamos sus miembros y luego, a veces, los dejamos para que sufran más hasta su muerte, gozando en todos y cada uno de los pasos. Cosa que no hacen los grandes peces.

 

Hoy, casualmente, se publica que Israel ha asesinado a más de 60.000 palestinos en Gaza desde el comienzo de su ofensiva en octubre de 2023.

(Seguirá)








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