viernes, 23 de marzo de 2012

Nepotismo

          Lo que separa el nepotismo del merecimiento personal es, algunas veces, sólo una delgada línea.
          Como la inmensa mayoría de los españoles considero a la Vicepresidenta del gobierno español como persona de gran inteligencia, capacidad de trabajo, valía personal y preparación académica. Con lo que se ha publicado de su marido no parece que éste le vaya a la zaga, por lo que puede deducirse que sea merecedor al puesto para el que ha sido nombrado en una compañía telefónica.
           Por otro lado, un hermano de la Vicepresidenta del gobierno anterior, María Teresa Fernández de la Vega, devino, en el transcurso de su carrera profesional desarrollada en una compañía eléctrica nacional, candidato idóneo para un puesto que suponía el colofón para su vida laboral.
            Este extremo era conocido por la actual vicepresidenta cuando ocupaba su anterior puesto de responsabilidad en el partido entonces en la oposición. Pero no consideró la estrechez de esa línea a la que se hace mención más arriba y se dedicó con denuedo a denunciar el nuevo puesto del hermano de su rival política; como consecuencia, éste hubo de renunciar a ocuparlo por no perjudicar a su propia hermana. Ahora, la actual vicepresidenta ha dicho que no hará comentarios sobre la cuestión, pero quizás fuera conveniente que comparara los episodios que aquí mencionamos.
             La alcaldía de la mayor ciudad del país la ocupa la esposa de un ex presidente del gobierno; la mujer de un diputado socialista por Vizcaya ha accedido a un puesto de trabajo en una compañía de telefonía. ¿Estaremos ante sendos casos de nepotismo o favoritismo, o serán personas merecedoras de sus desempeños? Júzguenlo ustedes mismos.

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