Según
dicen los informativos, anoche en el Camp
Nou, durante el partido de Champions,
prendió en las gradas el grito de ¡Independencia!
(para Cataluña, se entiende). Tampoco me extrañaría que en el próximo partido
en el Bernabéu (apellido catalán, pero obvien esto) los seguidores del equipo
rival, el de la capital de España, la tomaran contra el Barça, Cataluña, las
autonomías y demás zarandajas.
La
consigna de Pan y toros ha tiempo que
pasó a ser, en realidad, Pan y fútbol;
actualmente, la TV nos ofrece, los viernes, un primer partido de fútbol, el
sábado tenemos uno a las cuatro, otro a las seis, otro a las ocho y otro a las
diez; el domingo, igual ración que el sábado, y el lunes, con el partido
restante de primera división, se acaba la jornada; el martes, empieza la Champions, que acaba el miércoles, y el
jueves se ofrece la Europe Ligue y
vuelta a empezar.
No
tengo ninguna duda de que antes de diez años, Cataluña, Euskadi y Galicia,
serán estados independientes de España; para ello se habrá
reformado la Constitución –ya saben, eso que es intocable-, todo habrá sido
aceptado por Europa y todos viviremos en paz y más o menos como ahora; y
beberemos cava catalán, ya
que el champagne seguirá siendo más
caro.
Si
sigue habiendo rey, me parecerá igual de mal que se meta donde nadie le llama,
pero espero que la gente se movilice por cosas que valen la pena: tenemos harto
de ellas.
Se
supone que habremos madurado algo. Si no, aviados vamos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario