lunes, 11 de julio de 2011

La Roja

     

     Para todos aquellos a los que el título de esta entrada nada les diga, enhorabuena; para los que, a pesar de la concordancia con la fecha, sigan in albis, mis sinceras felicitaciones. A los demás va dirigido este comentario.

     Hace un año que España ganó el mundial de fútbol. Que conste, de antemano, que yo vi el partido en el bar de Los Llanos de Tormes, en muy buena compañía, lo pasé muy bien y me alegré sinceramente. Pero parte de lo que algunos vaticinamos antes del partido, se ha cumplido: perder es una pena, pero ganar será una pesadilla.

     Porque como tal podríamos calificar la avalancha de recordatorios y triunfalismo desbocado, aderezado del consabido mal gusto que el deporte, en general, insufla a los reporteros, avalancha que hemos tenido que soportar en la jornada de ayer y en la de hoy. Al final, va a tener razón mi mujer cuando afirma que debieran prohibir el fútbol por, al menos, un par de años.

     Pero ha habido otro vaticinio de aquellos días, del que no he oído una palabra: el triunfo de España en los mundiales, se decía, hará subir el PIB en, no recuerdo bien, si el 1% o el 1,50%. Conociendo las magras cifras en las que esas siglas se han movido, le brindo al futuro gobierno otro argumento electoral: !Váyase, señor González! Perdón: !Váyase, señor Zapatero!


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