martes, 23 de octubre de 2012

Dogging




   Este escrito vio la luz en el número dos de la revista OP Machinery, del mes de agosto-septiembre del año en curso




Ya que estamos de confidencias, te diré que a mí me parecía una cosa un poco rara, pero claro, ves cómo son estos extranjeros, que por ejemplo en la playa, van como dios les trajo al mundo, aunque no sean  nudistas, y, …además suelen tener unas jacas de muy buen porte, que se ve que se han criao a todo tren, no como nosotros que somos más esmirriaos …de todos modos, yo no podía dejar de pensar en el asunto, así que se lo propuse a la María, mi mujer, ya la conoces, y no veas cómo se me puso, que si tú qué te crees, que eso es una guarrada, que lo que yo quería es andar por ahí haciendo el pendón, y yo, que no mujer, que vamos los dos solos, que para todos es igual, un montón de parejas y todas buscando lo mismo, un poco de variedad, ahora que eso sí, con todo el respeto, que si a alguien no le apetece seguir, pues nada, se para y punto, que se empieza por ver y dejarse ver, que si quieres, te dejas tocar, y si quieres más, pues hasta donde quieras, pero todo desde el máximo respeto, que así se hace en el extranjero y funciona …y ella preguntando, ¿pero todos en pelotas?, pues sí, en pelotas, pero en una medio penumbra, que dicen que al principio ni te das cuenta y que entre lo que ves y lo que imaginas, pues a la gente le gusta, y ella, pero qué voy a hacer yo ahí, gorda como estoy, y yo, que no mujer, que estás muy bien, que es como en la playa, sólo que con menos ropa o sin ropa, y al final, después de darle muchas vueltas, va y me suelta, bueno, si quieres vamos, pero yo si no lo veo claro, nos salimos, y yo, que sí, mujer, cómo te lo iba a proponer si no fuera así …de modo que ahí nos tienes, a la María y al menda, saliendo de la ducha como dios nos trajo al mundo, que hasta tuvimos que dejar las toallas en unas cestas, y entrando en una sala grande, medio en penumbra, con más de una docena de parejas en pelotas, que los tíos me parecieron de lo más normales pero, en cambio, las tías estaban de lo más bien, y unos estaban sentados en unos sofás grandes y otros paseando por la sala, como dejándose ver y lanzando miradas, y entonces, me fijé en uno que estaba medio empalmao, con una rubia de muy buen ver …¡y no te digo que se me hizo cara conocida!...él también reparó en mí , y ¡claro que nos conocíamos!, yo lo tenía visto de unos bares de copas que hay a la salida de mi pueblo, y mi María que me dice, mira, Pepe, ¡cómo está ése, por dios!, y el gachó que se viene dónde nosotros y me saluda, ¡hombre!, qué bueno por aquí, y mi mujer, medio escondida detrás de mí, sin perderse detalle de cómo estaba el tío y dándome con el codo, que yo pensé, inocente de mí, que quería que le presentase, y él mirando también para la mi María, que ya me empezaba a joder que la mirara tanto, pero ya sabes que yo soy muy educado, así que le dije, ¡hombre, cuánto tiempo!, a dar una vuelta, ¿no? y me dice, pues ya ves, y yo, mira, que te quiero presentar a mi mujer, aquí presente, y él, sí, hombre sí, no te preocupes, eso decimos todos la primera vez, …y entonces se me hizo la luz como aquél que dice, que le cogí a la María por el brazo y la empujé para donde habíamos entrado, ¡vámonos, María!, que esto no es para nosotros.

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