Los
gobiernos inglés y escocés acordaron ayer que, antes de 2014, se celebre en
Escocia un referéndum en el que podrán participar todos los ciudadanos mayores
de dieciséis años, y en el que haya una sola pregunta: ¿vota usted a favor de
la independencia de Escocia?
Hoy,
la prima de riesgo de la deuda inglesa ha superado a la griega, la credibilidad
del gobierno inglés está por debajo de la de su homólogo español y la marca British se ha situado a la altura de la
de Gibraltar.
Por
su parte, la reina de Inglaterra está enjaezando su corcel para ponerse al
frente de sus tropas y el pueblo inglés ha mostrado, mayoritariamente, su
disposición a acompañarla en lo que se espera una dura marcha hacia el norte.
Menos
mal que el ministro Wert está dispuesto a españolizar a los catalanes.
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