sábado, 28 de diciembre de 2013

Manar






Es esta la cuarta vez que hacemos referencia en estas páginas a la lamentable contienda en Siria; una de las entradas anteriores se titula Homs. Pues bien, de esa ciudad, Homs, es originaria la familia de Manar Almustafa. Y esa familia sufrió los efectos de una bomba sobre su hogar, que en el caso de esa mujer dejó su cuerpo lacerado por el fuego en su noventa por ciento.
De eso ha pasado año y medio e ignoro cómo llegaron a Melilla hace ahora dos meses. Entonces solicitaron asilo político. Ahora se les ha concedido protección subsidiaria y han podido pisar tierra peninsular, poniendo rumbo a Barcelona donde Manar podrá ser tratada de sus quemaduras.
Ustedes quizás se pregunten cómo es posible tamaña insensibilidad para no haber resuelto este caso en escasos días, o si me apuran, en horas. Pero deben comprender que quién tiene autoridad y poder suficientes para ello habrá estado muy ocupado en acudir a su misa diaria, en elaborar y defender en el Congreso la ley de Seguridad ciudadana y en decidir sobre las concertinas de esa frontera.
Y es que las cosas son así, vivimos en un mundo donde el capital tiene libertad para moverse por doquier, para lograr mayores rendimientos dejando tras de sí miseria y desolación, pero donde las personas no pueden, ni siquiera en casos tan flagrantes como el que nos ocupa, trasladarse de país buscando una vida mejor.
Y nosotros, ¡hablando de Cataluña!

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