martes, 3 de octubre de 2017

A vueltas con Cataluña (2)




A VUELTAS CON CATALUÑA (2)


Apuntes de hoy:
1.- Qué quieren que les diga, no me ha gustado la actuación de las masas enfebrecidas contra los guardias o policías alojados en hoteles de diversos pueblos catalanes. Protestando y consiguiendo que abandonaran su alojamiento con nocturnidad y alevosía. Pienso que, ante todo, son personas, aunque algunos de ellos se hayan excedido en sus funciones represoras. Sacarlos del hotel no hace sino exacerbar los ánimos,  ahondar en la brecha y producir injusticias con alguno de ellos.
Ayer hablaba yo de lo “buenos” que son los mossos en estas jornadas. ¿Cuánto tiempo ha de pasar para que los que hoy les cubren de besos y abrazos, y les regalan flores, les tilden de “fils de puta” cuando no estén en el mismo bando? Y lo curioso es que no habrán cambiado, serán las mismas personas que son hoy, con los mismos problemas a cuestas, quizás con los mismos mandos, o con otros, y en eso residirá gran parte de la diferencia.
Confieso que nunca he entendido la función de la policía, genéricamente hablando. He crecido con el temor a la guardia civil y de joven he corrido delante de los “grises”, como se conocía a la policía nacional. Y he sufrido la represión de un régimen dictatorial; pero sé también que la guardia civil permaneció, como cuerpo, al lado de la República, y he sido testigo de cómo ambos cuerpos se han nutrido generacionalmente de personas nacidas después del 75, y hoy no son otra cosa que un reflejo de la propia sociedad española: los hay cultos e incultos, de izquierdas, de derechas y apolíticos, de buen corazón y deleznables. Conviene no olvidarlo.
2.- El Psoe, que ha permanecido al pairo, al resguardo de los vientos en alguna bahía profunda esperando a que amaine el vendaval, dice ahora que va a pedir la reprobación de la Vicepresidenta del gobierno –sí, esa pequeñita, con facilidad de palabra, que está continuamente perdonándonos la vida- al entender que es la responsable política de los desmanes cometidos por las fuerzas del orden –qué nombrecito, ¿eh?- en Cataluña. ¿Se lo habrá sugerido Rajoy en su encuentro de ayer, en un intento de salvar su propio pellejo?


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