Es
probable que a muchos les suene a mera palabrería, pero ¡qué quieren que les
diga!, cuando aquí tenemos que escuchar a Rajoy, o a Montoro… Acabo de oír el
discurso de Hollande en Tulle, desde una plaza pública; nada que ver con el
escenario de agradecimiento a las bases con que aquí nos tienen acostumbrados,
sea desde el balcón de Ferraz, o desde el de Génova; sólo, en un atril, sin esa
cohorte de sonrientes y satisfechos conmilitones aplaudiendo sin cesar…
Con
constantes apelaciones a la República como idea común y, por tanto, unificadora;
llamando a los grandes valores republicanos de igualdad, libertad, fraternidad,
compromiso,… ¿cuándo, en España, podremos hablar en esos términos?
Tiene
ante sí, François Hollande, un mes ilusionante en el que sentar las bases ciertas de su política
nacional y, por ende, europea; las elecciones legislativas de mediados de junio
serán, o no, el refrendo a las ilusiones que ahora ha despertado. La solución,
muy pronto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario