El
próximo domingo se cumple el aniversario de aquél otro de los indignados.
¿Indignados?
En realidad no se sabe, a ciencia cierta, por qué; cosa de los jóvenes, que
nunca están satisfechos.
En
consecuencia, esta vez, el gobierno, previsor, ha autorizado la concentración
–qué derroche de libertinaje, ¿verdad?- hasta las diez de la noche, según creo.
Así, después, los jóvenes podrán ir a la disco, que es lo que les gusta.
Porque,
en definitiva, ¿por qué la concentración? Si en resumidas cuentas, en este último
año, no ha habido más que la rebaja de sueldo a los funcionarios, el retraso de
las pensiones, la reforma laboral, los recortes en sanidad y enseñanza, el
aumento del paro, la pérdida de fe en el futuro… ¿ustedes creen que eso es motivo para manifestarse?
Lo
dicho, ¡nunca están satisfechos!
Interesante manera de hacerle cosquillas a la reflección del lector, breve y fácil de leer. Felicitaciones por el relato.
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