Piedras de molino

Hoy, dos de mayo, se conmemora el alzamiento popular en Madrid contra los franceses; fue el comienzo de la guerra de la Independencia contra nuestros vecinos. Y ahí perdió España –ganando la guerra- una oportunidad histórica de modernización y superación de nuestros problemas ancestrales. Con esa victoria, España se reafirmó en el absolutismo monárquico y en el oscurantismo cultural y político; sólo sirvió para propiciar la independencia de las colonias.

Hoy, dos de mayo de 2012, nos enteramos de la estratagema legal que el yerno del rey está trazando para librarse de una condena de cárcel y cubrirnos a los demás españoles de otra capa más de ignominia y vergüenza.

Porque, por supuesto, lo que tratan de hacer está ajustado a la ley, es legal sin duda alguna. Ya nos están vendiendo la moto de que el Estado recuperará una suma importante de dinero, nada despreciable en los tiempos que corren. También nos dicen que con esto se demuestra que la ley es igual que para todos. Para todos los que puedan pagar, claro. Encima, en un momento en el que han establecido tasas para acceder a la justicia: el que no se las pueda pagar, no podrá recurrir; quien no pueda negociar con el fiscal, irá a la cárcel. Así entienden la justicia.

Falta que nos digan que este es un asunto que no conviene sacar de quicio en estos momentos: que si sufriría la marca España, que si no es bueno para la imagen del país, que para qué abrir otro frente…

Así que lo dicho. Es legal, ajustado a la ley como se dice más arriba. Pero no a la Justicia. No es ético. Es, por decirlo en términos plebeyos que todos podamos entender, indecente. Es reírse de los españoles. Y enviar un claro mensaje a todos los chorizos: cuánto más se robe, más impune quedará el delito.

Igual que esa amnistía fiscal que han concedido pagando el diez por ciento.

Esto es lo que se llama comulgar con piedras de molino.