Esto es la vida, una sucesión de gestos. De gestos, de frases, de hechos que, como si fuéramos actores, nos caracterizan, nos definen. Estos días estamos asistiendo, a una proliferación de estos gestos. Vean un somero sumario:
Hay también apuestas sobre el tiempo que va a durar la bandera española en el ayuntamiento de San Sebastián. Yo opino que caerá en el momento en que se conozca la designación de la candidatura española a la capitalidad europea de la cultura para el 2016: una vez sabido esto, sea positivo o negativo, se arriará el signo del oprobio. Oprobio que tampoco casa muy bien con el dato que ofrecía el INE, días pasados: El nivel salarial vasco es, con diferencia, el más alto, entre todas las comunidades españolas (y el nivel de paro, de los menores). En cualquier caso, la corporación donostiarra ha empezado ya por retirar el retrato del Borbón que presidía el salón de plenos del ayuntamiento.
Otro gesto curioso ha sido la vuelta al límite de 120 Kms/hora en autovías y autopistas. Uno se pregunta: si el petróleo está a la baja –excepto en las gasolineras- ¿por qué no autorizar los 130? O bien, si el ahorro ha sido de 450 M€, ¿por qué no dedicarlo al servicio de la deuda soberana, ahora que estamos en máximos de la prima de riesgo?
En fin, juzguen ustedes mismos, vean los gestos, analícenlos y piensen en positivo. Hemos entrado en el verano y se acercan tiempos más placenteros.
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