domingo, 5 de junio de 2011

La Doña





Y, ante todo, que conste que no tengo nada contra Alemania; antes bien, soy un gran admirador de ese país, de sus filósofos, de su música, de su cultura en suma, y tengo, entre mis sueños inalcanzables ya, el íntimo deseo de hablar la lengua de Goethe.

Pero, qué quieren que les diga, no tengo en gran estima a esta émula de vía estrecha de la Tatcher, que, para disimular, populariza esos trajes de chaqueta que parecen estilo Mao.

Así que comprenderán que, tras esos comentarios de que si trabajamos poco, que si tenemos muchas vacaciones, que si nuestros pepinos y nuestras hortalizas, etcétera, haya yo tenido un pequeño consuelo cuando me enteré de que Irán negó el paso por su espacio aéreo al avión que la llevaba a la India, obligándola a aterrizar en Turquía, repostar y reemprender el vuelo cuando el permiso estaba listo. Yo sé lo que joden estas cosas, pues tuve la misma experiencia volviendo de un viaje a Beijing y pretendiendo cruzar por la Mongolia Exterior. Hasta creo que desde ese momento miro con otros ojos al Ahmadineyah ese.

¡Ah, estos dictadorzuelos! ¡Cómo disputan entre sí!



1 comentario:

  1. Es una suerte para todos los que seguimos este blog, que se hayan recuperado algunos artículos y que continúes publicando más!

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